Compositor, director de bandas, trombonista y
pianista.
Natural de Puerta de Tierra, en San Juan,
Norosvaldo "Noro" Morales nació el 4 de enero de 1911 en el seno de
una familia musical.
Su padre, Luis Morales, era violinista y desde
temprana edad Noro y sus hermanos se sumaron a un proceso de educación musical
que los convirtió en grandes ejecutantes.
Comenzó su formación estudiando trombón y bajo,
al tiempo que sus hermanos se desarrollaban en otros instrumentos: Ismael
"Esy" estudió flauta y saxofón; Humberto, percusión; José
"Pepito", saxofón; Luis, violín y Alicia, piano.
Cuando apenas tenía trece años de edad, se mudó
junto con su familia a la ciudad de Caracas, en Venezuela.
Su padre había sido invitado por el entonces
presidente venezolano Juan Vicente Gómez para fungir, junto a sus hijos, como
la orquesta oficial del régimen dictatorial.
1930
Noro y sus hermanos regresan a Puerto Rico.
La agrupación se desintegró pero el pianista
continuó sus ejercicios musicales participando en las orquestas de:
Ralph Sánchez y su sinfónica, Augusto Rodríguez
y sus Midnight Serenaders, Carmelo Díaz Soler y Rafael Muñoz.
1937
Durante su estadía en la ciudad de Nueva York,
se lanzó a la faena de reorganizar la orquesta de su familia, nutriéndose del
talento de sus hermanos, Ismael, Humberto, José, Luis y Alicia junto a quienes
se dio a conocer como la orquesta de Los Hermanos Morales, amenizando en el
legendario club El Morocco.
1938
Rebautizó como Noro Morales y su Orquesta.
De esa manera, el 15 de junio asistió a los
estudios de Columbia Records a grabar el tema "Ahora sí somos
felices", que vocalizó su cantante Pedro Ortiz Dávila
"Davilita".
1940
Temprano en la década, Noro residía en un
apartamento justo en el mismo edificio donde vivía el compositor boricua Rafael
Hernández Marín y su hermana Victoria.
Cada vez que a Rafael Hernández se le ocurría
una idea nueva para una melodía, recurría a casa de Noro para componerla en su
piano, muchas veces con su asistencia.
Por eso, y como un gesto de buena voluntad, se
encargó que su colega y compatriota fuera el primer músico en grabar aquellas
melodías que resultaban de sus encuentros e intercambios amistosos.
1942
En enero grabó "Serenata Rítmica"
provocando furor tanto en el público latino como el anglosajón.
El éxito de ese tema también le ganó la
oportunidad de trabajar como músico en un proyecto cinematográfico que
estelarizó Jorge Negrete y que fue todo un éxito, al punto que convirtió a la
rumba "Serenata Rítmica" en un tema emblemático de la puertorriqueñidad
desde la diáspora.
En su época de oro integró la Orquesta de Xavier
Cugat.
La popularidad de Noro Morales estuvo inscrita
en su virtuosismo en la interpretación del piano, su liderato como director de
orquesta y su hábil y espléndido desempeño como compositor.
Tanta fuerza generó su presencia en los
escenarios musicales latinos de Nueva York en los años' 40 y 50 que figuras de
la talla de Xavier Cugat, entre otros muchos, no ocultaban su admiración por
las melodías del pianista y gozaban de asistir a sus presentaciones para
deleitarse con sus formas de ejecución.
"Su estilo y su sensacional sentido de
ritmo, y su portentosa precisión, lo convirtieron en el número uno de las
improvisadores de montunos interpretados en rigurosos tiempos de rumba",
relata el historiador Max Salazar.
Noro Morales, que se convirtió en uno de los
vendedores de discos más fuertes en el mercado de los años 40, fue poseedor de
un sentido rítmico maravilloso que, según los expertos, arropaba al piano y
suministraba sentido al contrabajo, las conga, las maracas, el bongó y los
timbales.
En la década de 1940 no hubo un club nocturno de
prestigio en la ciudad de Nueva York que Nora Morales no hubiera pisado.
1947
Su presencia en los escenarios lo convirtió en
el músico de los músicos, además de haberse convertido en el líder de la
principal orquesta de rumba en Estados Unidos y Puerto Rico cuya versión de
"Tea for two", lo llegó a colocar como la figura más popular de la
música latina.
Hizo presentaciones en los clubes más famosos de
New York: Stork Club, Copacabana, La Conga, and China Doll nightclubs.
El New York Daily News seleccionó su orquesta
para interpretar su prestigioso Harvest Moon Ball.
No obstante, nunca olvidó sus raíces de barrio
latino de bajos recursos y continuó amenizando bailes en comunidades hispanas.
Fue reconocido por el periódico La Prensa, como
"El Rey de la Música Latina".
Para los latinos de Nueva York durante la década
de los años 40s y a comienzo de los 50s, las palabras “Noro Morales”
significaban música bailable excitante.
Morales era un hombre obeso que media cinco pies
y ocho pulgadas de estatura, y pesaba 280 libras durante la plenitud de sus
años.
Noro era un héroe puertorriqueño en los años
40s, principalmente por dos razones; la primera, porque algunos de los títulos
de las canciones que él escribió llevaban los nombres de varias ciudades de
Puerto Rico, y la segunda, porque sus trabajos contenían líricas de Rafael
Hernández, las cuales exaltaban la cultura de la isla.
Fue, precisamente, cuando la banda de Nora
Morales compartió escena frente a frente a la prestigiosa orquesta de Bobby
Byrne, en el Glen Island Casino.
Ese mismo año reclutó en su batería de músicos
el talento del cantante boricua Pedro Rodríguez "Pellín".
"Nora y yo comenzamos a cantar en 1947 en
el club China Dolí, también trabajamos en El Palledium con muchos grupos, entre
ellos José Curbelo, Tito Puente, la orquesta El Nuevo Ritmo de Cuba y con Joe
Fajardo y sus Estrellas, eran los años de oro de la música latina y en los que
Miguelto Valdés, Noro y Machito eran llamado los tres grandes", narró en
una ocasión Pellín Rodríguez, en una entrevista realizada por Izzy Sanabria y
publicada en 1974.
La orquesta de Noro fue seleccionada para tocar
en la posesión del gobernador de Puerto Rico.
Un empleado de MGM Records, quien asistió, quedo
estupefacto por la música de Noro y le firmó un contrato de grabación.
Las grabaciones de Noro de “Puerta de tierra”,
“Chen chen ko”, “Isla verde”, “Capullito de Alelí”, “El sopón”, “The peanut
vendor”, “Ponce” y “110th street and fifth Avenue”, hicieron de Noro un desafió
para Machito.
“Ponce”, compuesta por Rubén Berrios y “110th
street and fifth avenue”, por Noro y su trompetista líder, Paúl López,
recibieron el mayor apoyo de la radio y de las ventanas de los edificios
abiertas, a través del Spanish Harlem (1,2).
La popularidad de la orquesta del aclamado
"Rumba Man" comenzó a declinar en los años 50 porque -cuenta el
historiador Max Salazar- el músico se negó en complacer al público
norteamericano no latino y, a la vez, suavizó su música y perjudicó su
reputación ante el público latino que compraba sus discos.
De
esos años recuerdan las melodías de "Sweet sue, just you", "Sheik
of Araby", "Song for Rouling Rouge", "Fantasía
Mexicana", "No other love", "Am I blue", "Me and
my shadow" e "Istanbul", entre otras.
1958
Empero, el pianista aparece con el tema "No
blues Noro", grabado para Tico Records, y con el que recobra su sitial.
1960
Al arribo del año, Noro Morales regresó a vivir
a Puerto Rico, con el ánimo pulverizado y algo enfermo como consecuencia de su
condición diabética, al punto de llegar a pesar cerca de 300 libras.
La casa discográflca Ansonia Records le produjo
los álbumes "Vitamina" y "Mi guajira", al tiempo que se
desempeñó como director musical del hotel La Concha en el sector de El Condado,
en San Juan.
Por su banda pasaron estrellas que luego
alumbrarían con luz propia:
Los cantantes Machito (finales de los '30), Tito
Rodríguez (mediados de los '40), Pellín Rodríguez, Vicentico Valdéz, Dioris
Valladares y Vitín Avilés; los percusionistas Tito Puente, Ray Romero (en el
1942), Sabú Martínez, Manny Oquendo y Rosario; el saxofonista y arreglista Ray
Santos, y el bajista Julio Andino.
Entre los músicos en su banda musical se
encontraban Ray Santos, Jorge López, Raúl Carrero, Juancito Torres, Pin Madera,
Ralph Kemp, Pepito Morales, Carlos Medina, Lidio Fuentes, Simón Madera, Ana
Carrero, y Vitín Avilés, cantante. Dirigió la Orquesta del Hotel La Concha
desde su regreso a la isla en el 1961.
Considerado por muchos como "El Duke
Ellington latinoamericano", sentó la pauta para el desarrollo dé la
musicalidad afroantillana en un preámbulo a la consolidación del sonido caribeño
que dominó el escenario en los años 70 y que se denominó salsa.
Fue, sin duda, una de las figuras más
prominentes para el desarrollo salsero, al convertirse en la figura latina de
más prominencia en el ambiente musical neoyorquino justo cuando las formas
melódicas afrocaribeñas definían su curso.
En el mapa de la música del Caribe, tres décadas
antes del surgimiento de la salsa, Noro Morales fue la figura puertorriqueña de
más valor como representante de la rumba y la guaracha.
No hay duda que junto a él otras personalidades
de la canción popular -puertorriqueñas y cubanas- jugaron un papel también
irrevocable en la confección de las nuevas estructuras sonoras de la música
afroantillana, pero, quizás, ninguno con su forma de ejecución y su
sensibilidad artística.
"Era de los más grandes pianistas que ha
tenido América, su forma de expresión, esos dedos parecían ángeles, son muy
pocas las personas que tienen y han tenido el sentido interpretativo de Noro
Morales y eso es increíble, jamás tocó, él acariciaba el piano porque Rene
Hernández era muy bueno, pero Noro tocaba distinto, era un sabor diferente,
cuando la música popular puertorriqueña toma auge de grandeza ya Noro estaba
allí, simpático y buena gente, su trabajo tiene que aparecer en la historia
cultural de Puerto Rico como una de sus primeras figuras", sentenció la
veterana cantante Ruth Fernández, cuya voz unió al versado pianista en los años
60 para realizar un disco.
Es autor de: "Bim bam boom"
(guaracha), "Indiferencia" (interpretada por Pellín Rodriguez),
"María Cervantes", "No puede ser" (bolero), "Oye
negra" (guaracha), "Vitamina", "Walter Winchell
rumba", "What happened, baby", "Mi guajira" (guajira),
"Oye men" (guaracha).
1964
Quebrantada su salud por la diabetes, glaucoma y
problemas renales, tuvo que ser recluido en el Hospital San Jorge.
Allí permaneció hasta el 15 de enero, donde
falleció a la edad de 53 años.
Sus restos descansan en el campo santo Puerto
Rico Memorial.
Gracias a mi Hermano Máx Martínez por entregarnos
esta información.
La raíz del ritmo!!!
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