Mis Amigos de Sones y Soneros, al recordar el mes de Agosto de 1986 cuando llego por única vez Héctor Lavoe a Lima, Perú, jamás pense que el primer personaje que conocí en el Hotel Sheraton, fue al Señor Joe Torres, que es todo un caballero, amable y sobre todo muy servicial, con su forma educada me dijo que Héctor en ese momento estaba en su habitación pero que si podía presentarme a los chicos de la banda:
Joe Torres "El Profesor" - Piano
Milton Cardona - Congas
Pablo “El Chino” Núñez - Bongo
Víctor Pérez - Timbal
Jhonny Torres - Bajo
Jhon Torres - Trombón
Lewis Khan - Trombón
Brian Linch - Trompeta
Tony Cofresi - Trompeta
El último en aparecer fue Kuki con una casaca de color celeste brilloso con un bordado impresionante en hilo de oro con el nombre de Héctor en la espalda, con los datos para contrataciones.
Los músicos me autografiaron mis long plays, recuerdo que El Profesor Joe torres hablo con Bryan Linch y Lewis Kahn para su firma, un músico que tenía aspecto serio era Milton Cardona pero solo por fuera, porque cuando me firmo el long play sonreía y me decía:
Este disco no lo tengo, cuídalo.
El más risueño fue El Chino Núñez quien lo llamo a Víctor Pérez para la firma.
Y así continúe con Jhon Torres, Jhonny Torres y Tony Cofresi.
Todos muy Sencillos y muy Amables.
Héctor Lavoe se apareció de pronto y comprenderán que los que estábamos en ese momento nos acercamos para saludarlo, se formo un tumulto porque todos querían estar con él, en esa época yo era un muchachito ingenuo de 22 años y no pertenecía a ninguna agrupación, como se dice no conocía a nadie, con el paso del tiempo los fui conociendo, incluso recuerdo que me llamaron para estar en una de las fotos, ni yo mismo porque fue, pero bueno es otra de las pruebas que estuve con Héctor Lavoe en el Hotel Sheraton.
“El Profesor” Joe Torres fue quien me llevo a Héctor Lavoe y le dijo que quería conocerlo, que había esperado un buen rato, para ello se abrió paso entre la gente y yo iba detrás de él como me lo había indicado.
Cuando llegamos a Héctor, me miro y sonriendo me saludo, le hice una pequeña entrevista, gracias al profesor Joe Torres quien me hizo sentar al lado de Héctor, imagínense un sueño hecho realidad y sobre todo no teniendo ningún cargo y bueno en ese momento no sabía que iba a ser mi primera entrevista informal.
J. T.: Héctor mira te presento a un Caballerito que me espero y quiere conocerte.
H. L.: Vaya y cómo te llamas.
D. M.: Daniel Martínez.
Le dije emocionado.
Le dije emocionado.
H. L.: Danielito el Peruanito, me haces recordar cuando llegue a New York hecho un fideo (risas), nadie daba un peso por mí, pero dime qué quieres de mí.
D. M.: No sabes cuánto espere para conocerte Héctor, es un sueño hecho realidad.
Y le di un abrazo, no se imaginan la emoción que tuve, el poder estar conversando con Héctor Lavoe de una manera espontanea de su parte, la respuesta de ese abrazo fue la sencillez que tenia, su gesto Humano que lo acompañaba hacia que su Estrella fuera más grande.
Y le di un abrazo, no se imaginan la emoción que tuve, el poder estar conversando con Héctor Lavoe de una manera espontanea de su parte, la respuesta de ese abrazo fue la sencillez que tenia, su gesto Humano que lo acompañaba hacia que su Estrella fuera más grande.
J. T.: A Daniel le presente a los muchachos de la banda.
H. L.: Los conociste a todos los Bandiditos.
D. M.: Si gracias al Señor Joe Torres, me llevo con ellos.
Recuerdo que Héctor dijo:
Mi Pueblo.
Observando a todos los presentes con alegría.
Observando a todos los presentes con alegría.
D. M.: Héctor como te sientes en Perú.
H. L.- Yo no pensé que la gente me quería.
D. M.: Sabes que el año pasado te esperábamos.
H. L.: Eso no lo sabía pero aquí estoy (risas).
D.M. - Héctor te puedo hacer una pregunta pero no te molestas.
H. L.: Dímela Peruanito.
D. M.: Porque tienes esa mirada tan triste.
H. L.: Ah si supieras todo lo que pasado Peruanito.
En ese momento se quedo como suspendido en el tiempo y sus ojos se llenaron de lagrimas, era como si volviera a su pasado en segundos, de pronto el chino Núñez se apareció alegremente y le dijo Héctor vamos a la rumba y Héctor se levanto sonriendo cambiando de una manera impactante.
En ese momento se quedo como suspendido en el tiempo y sus ojos se llenaron de lagrimas, era como si volviera a su pasado en segundos, de pronto el chino Núñez se apareció alegremente y le dijo Héctor vamos a la rumba y Héctor se levanto sonriendo cambiando de una manera impactante.
D. M.: Héctor que paso.
H. L.: Peruanito lo mío es cantar aquí no hay tiempo para llanto.
Y se fue cantando, el profesor Joe Torres me dijo:
Y se fue cantando, el profesor Joe Torres me dijo:
Así es Héctor ya lo viste, así es él.
Siempre tengo presente el gesto de ayuda del profesor.
La foto fue algo inesperado ya que yo no tenía cámara fotográfica, eso fue en otro día, mi familiar hablo con el fotógrafo del hotel y le dijo para que nos tomara una foto a Héctor y a mí, Héctor Lavoe muy animadamente se puso para la placa.
Héctor recuerdo que estaba autografiando mi long play "El Sabio" y hablamos de cosas, entre risas Héctor me decía:
Peruanito tienes un ángel de la guarda, pero guarda esta foto porque estamos nice (risas).
En esa ocasión intercambiamos direcciones para escribirnos, luego agrego algo que me llamo la atención en ese momento:
No dejes de ser tú, aunque los demás no quieran que seas como eres.
Con el recorrer del tiempo, fui asimilando lo que me dijo, que había que luchar siendo uno mismo, autentico en lo que hace y así lo hago.
Tuve la dicha de visitarlo en el hotel Sheraton ya que en esa época tenía un familiar que trabajaba, tuve la gracia de estar toda la semana con sus músicos compartiendo momentos inolvidables, con el Chino Núñez cuando hemos conversado por teléfono o nos hemos escrito nos acordamos de ese tiempo, el tempo paso y su paso por nosotros dejo huella, ya tenemos canas y nos causa risa porque cuando le envié una foto al chino donde están todos juntos su hija le pregunta si era él.
Otra de las cosas que lo tengo presente, es que en un día que fui al hotel, me encontré con Víctor Pérez en el lobby y le pregunte por El Chino Núñez a lo que me dijo:
El se siente indispuesto, no bajara hasta dentro de un momento.
Yo comprendí que estaba delicado de salud a lo que Víctor Pérez agrego:
Su Mamá a muerto y está en llanto en su cuarto.
Esa mañana no lo vi a mi Hermanito El Chino Núñez pero en la tarde lo encontré y le dije:
No sabía lo que te ha pasado, perdóname.
El Chino Núñez con una sonrisa me dijo:
Daniel, tranquilo mi Hermano, son cosas que pasan y estoy aquí, Héctor me dijo que si quería que tome un avión y me regrese, pero le dije que no.
Nos dimos un abrazo fuerte y comprendí que no todo era como parecía, detrás de una sonrisa existía una tragedia, aquella que muy pocos la conocían.
Para mi es uno de los Gestos más grandes de Héctor Lavoe con El Chino Núñez, pesaba más lo Humano.
El último día de su presentación los músicos estaban en el ómnibus que lo llevaría a la feria, luego apareció Héctor Lavoe y le pregunte como estaba, el me respondió sonriendo:
Peruanito hoy me voy al llanto coño, (risas).
Le di un último abrazo a Héctor Lavoe y me dijo:
Peruanito yo volveré al Perú.
Para mi concepto personal Héctor Lavoe era un niño encerrado en el cuerpo de un adulto, le faltaba afecto y amor, pero en medio de todo nunca se negó a firmar un autógrafo o una foto, siempre estuvo dado a su público, es cierto que tuvo una vida desordenada y con vicios, pero quien no los tiene, se vive de una manera hipócrita, maquillando los actos, no podemos juzgarlo.
Con mi amigo Arnaldo Alva fuimos al aeropuerto para despedir a Héctor Lavoe, era imposible tratar de llegar a él pero teníamos su amistad.
Después de tanto tiempo creí necesario publicar una vivencia con el Cantante de los Cantantes, ya que muchos han desfigurado su presencia en Lima, creando una leyenda ficticia y fuera de los hechos reales.
Uno de los sueños que tenía era conocer a Héctor Lavoe y gracias a Dios así lo hice, ahora falta cerrar el círculo con Fania All Stars.
Desde aquí quiero agradecer a mis Amigos que me permitieron formar parte de sus Homenajes al Jibarito de Ponce, no solo en mi patria sino también en Puerto Rico a través de nuestro corresponsal del equipo de producción de Sones y Soneros el único e indiscutible el Angel de la salsa mi hermano de siempre en Ponce de la Isla del Encanto, se te quiere de gratis Héctor.
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